Después de muchos años sin publicar nada, de estar tan ocupada que no podía ni cocinar, de estar tan desmotivada que nada me hacía ilusión, vuelvo con energías renovadas. Me encanta cocinar, siempre me ha gustado, y me encanta la repostería a partes iguales, y eso que yo siempre decía " pues yo soy de salado" mentiraaaaa, tu eres de todo. Así que en esta nueva etapa voy a hacer de todo, tanto dulce como salado. Y con el salado empiezo, os dejo unos ravioli de pasta fresca de espinacas del libro El pequeño libro que valía una pasta de Alicia Mañas Aldaya. Si os gusta hacer pasta fresca en casa vais a disfrutar.
Ingredientes:
200 gr. de harina de sémola de trigo duro
3 huevos
200 gr. de requesón
400 gr. de espinacas cocidas
50 gr. de parmesano rallado al momento
Preparación:
A no ser que seáis 100% artesanos, recomiendo ayudaros de todo el instrumental que podáis tanto para hacer la masa como para preparar los ravioli. Os pongo el procedimiento manual para quien no tenga ningún instrumental, quien tenga ayuda pues mejor que mejor.
Para hacer la pasta:
Disponemos la harina en forma de volcán con un hueco en el centro y rompemos en él 2 huevos. Empezamos batiendo los huevos con un tenedor y vamos añadiendo la harina que va cayendo de los bordes. Cuando la masa adquiera una textura más consistente, amasamos con las manos durante 5 minutos o hasta que la masa esté lisa y elástica. Envolvemos en film y dejamos reposar en la nevera como mínimo 30 minutos.
Relleno:
Mezclamos en un bol, el huevo restante, el requesón-mató-ricotta, el que más te guste, el parmesano rallado y las espinacas cocidas, cortadas muy finas y bien escurridas. Salpimentamos al gusto y añadimos y poco de nuez moscada rallada al momento.
Sacamos la masa de la nevera y la estiramos bien fina, unos 1-1,5mm.
Para formar los ravioli disponemos encima de una tira de unos 10-12cm de ancho, cucharadas de relleno separadas entre sí unos 2cm. y la cubrimos con otra tira de pasta del mismo tamaño. Con las manos apretamos bien las dos tiras eliminando bien el aire que haya dentro y, con una ruedecilla dentada cortamos los ravioli de unos 5 cm. de lado, yo he utilizado un molde para ravioli tipo cubitera. Si tenéis máquina para estirar la pasta no os recomiendo el accesorio para ravioli, a mi me quedan fatal, me funciona mucho mejor la bandeja, va genial.
Si tenéis molde tipo bandeja, lo cubrimos con la tira de pasta y disponemos el relleno en los huecos.
Cubrimos con otra tira de pasta y apretamos con las manos para sacar el aire de los huecos.
Sacamos los ravioli del molde y les damos la vuelta.
Con una ruedecilla dentada los cortamos y los tenemos listos.
No olvidar tener siempre la pasta que no estéis utilizando protegida porque si no se secará y no la podréis utilizar.
Una vez esté toda la pasta cortada lleváis agua a ebullición y vais incorporando los ravioli uno a uno, porque son delicados, y los cocemos hasta que estén al dente. Lo mejor para saber si ya están es probarlos.
A mi como más me gustan es con salsa de tomate casera y parmesano rallado, o con alguna salsa a base de quesos, mmmmm, ya me diréis.
Comentarios